Descripción
El botox es un tratamiento no quirúrgico, lo que hace que sea muy sencillo de realizar y prácticamente indoloro si se realiza tras aplicar crema anestésica.
Consiste en la infiltración mediante aguja ultrafina de una sustancia llamada toxina botulínica en la zona a tratar.
El botox se aplica mediante microinyecciones directamente en los músculos que provocan las arrugas debido a su contracción repetida.
La toxina botulínica relaja la musculatura y bloquea los impulsos nerviosos parcialmente, permitiendo que la piel se relaje y se borren las arrugas que van ocultándose hasta casi desaparecer.
Normalmente, antes de infiltrar el botox, se aplica una crema anestésica en la zona a tratar del paciente para que el procedimiento resulte indoloro.
La dosis puede variar en función de las necesidades del paciente, por lo que el médico experto calcula la cantidad concreta de toxina que debe administrar según el caso. La intervención no suele durar más de 30 minutos y se realiza en la clínica con total comodidad.
Los resultados comienzan a ser visibles después de 2 ó 3 días y van mejorando a medida que la relajación muscular se va intensificando y la piel se libera del efecto de la contracción y borra temporalmente las arrugas. Hay que tener en cuenta que los efectos suelen tener una duración unos 6 meses, dependiendo del paciente, tras los cuales habría que volver a suministrar el botox si deseamos mantener la zona libre de arrugas de expresión..